Muchas veces ante un embarazo nos planteamos como queremos
vivir nuestro embarazo, como queremos que sea nuestro parto, o como nos
gustaría alimentar a nuestro hijo. No sólo relacionado con la maternidad.
También sucede cuando iniciamos un nuevo proyecto personal o profesional en el
que depositamos todas nuestras ilusiones, esperanzas y expectativas, y luego
resulta que no todo ha funcionado como queríamos: nuestro proyecto, nuestro
parto, o la lactancia no han sido como habíamos imaginado.
Ante esta decepción nos plantearnos. ¿Por qué no me ha
salido bien o como yo esperaba?
Y en
lugar de estas preguntas deberíamos hacernos estas otras:
¿Me he puesto una meta imposible de alcanzar?
¿He hecho todo lo posible por alcanzar mi objetivo?
¿Han aparecido factores que no esperaba?
¿He tenido el apoyo
que necesitaba? ¿He buscado esos apoyos en el lugar adecuado?
Si no hemos hecho todo lo posible, ya sabemos cuáles son
nuestros puntos de mejora para afrontar nuevamente el reto.
Si hemos hecho todo lo posible, pero no ha salido como
esperábamos, sé que es triste. Pero todo sucede por una razón.
PD. Para la próxima
vez intentaré formarme más para hacerlo mejor.
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